Juan José Padilla habla de su fe y su familia

“EN LA CORNADA, NOTABA QUE MI CUERPO SE IBA, QUE QUIZÁ ERA LA LLAMADA DE DIOS”

 

Entre los testimonios presentados en el VI Simposio “El trabajo como servicio”, celebrado en Jaén este fin de semana, destacó el del torero Juan José Padilla, emitido en un vídeo ante la imposibilidad de su presencia física, debida a compromisos profesionales en Venezuela. En su grabación de 9 minutos, Padilla se refiere a su trabajo y afirma que el “riesgo constante en la plaza ayuda a pensar en Dios y a pedirle su ayuda”.

En relación a la gravísima cogida que sufrió en Zaragoza el 7 de octubre de 2011, Padilla cuenta que cuando llegué a las manos del doctor, le dije: “doctor en sus manos estoy, y en las de Dios”, porque ahí notaba que mi cuerpo se iba, notaba que me desvanecía, y que quizá era la llamada de Dios.

Cuando desperté en la sala de la UCI pude dar gracias a Dios, porque estaba de nuevo con mi familia, porque podía de nuevo seguir -por lo menos con la esperanza- en mi profesión y quizá poco a poco, conseguir volver a ella.

El torero alude también a su familia y a su esposa, “porque es una mujer con una fuerza y con un carácter muy especial, una sensibilidad, un amor, una capacidad que difícilmente podrá haber en una mujer. Y dice de sus hijos que “son capaces de entender el percance de su padre con toda naturalidad, aunque haya algún motivo duro, como al principio de la cornada, pues físicamente no estaba bien, pero ellos no se han preocupado más que en compartir conmigo los momentos felices y los momentos familiares. Esa unión familiar ha servido para que sonriera Dios”.

El torero se refiere también a su cariño hacia la figura de san Josemaría Escrivá, cuya espiritualidad conoció a través de Alvaro Domecq. “Conocí su vida y me encomiendo mucho a él, le tengo siempre presente en mi capilla personal, lo tengo también en mi casa, en un altar que tengo, y me encomiendo mucho a san Josemaría, pues reconozco la gran labor que hizo”.

 

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